Manos Unidas Salamanca: «Nosotros no miramos los kilómetros, miramos la necesidad»

Nos acercamos a la sede de Manos Unidas en Salamanca para encontrarnos con su presidenta, María Mercedes Marcos. Nos recibe de forma encantadora y sabemos que con una sonrisa que no podemos apreciar pues contamos con el accesorio que nos ha perseguido durante un año: la mascarilla. María Mercedes nos presenta a un miembro más de la entidad, Luis Noriega, secretario de la misma. Ambos, nos permiten conocer esta organización de manera más cómoda y tranquila.

¿Cómo nace la sede de Manos Unidas aquí en Salamanca?

M.M.M: “Manos Unidas en Salamanca nació casi a la par de la organización de Manos Unidas es decir, si la organización lleva en España 62 años en Salamanca llevará 55 años. Desde el principio hubo gente a quienes les tocó el corazón y se ofrecieron a formar parte de esta ONG, aunque no se sabe un punto exacto de cómo nació porque de esto hace ya 55 años”

L.N.: “Sí, lleva más de 50 años y la red de Manos Unidas está asociada a las diócesis, no a las distintas provincias como divisiones políticas, entonces hay una aquí en Salamanca, otra en Ciudad Rodrigo, etc. Toda la red de delegaciones de Manos Unidas se fueron formando e incorporando más a medida que había gente que se unía a cada una de las comisiones. España cuenta ya con 72 comités a nivel nacional y, como decía Mercedes, la nuestra lleva funcionando desde los orígenes prácticamente.”

M.M.M.: “Al principio no tenían una delegación como hoy en día. En la trastienda, una de las personas que fue fundadora de la organización y a la que se lo he oído contar, lo comento. Tenían sus cosas como revistas y pequeño material, convocaban reuniones con otras personas y poco a poco se formó lo que se conoce actualmente. Ahora, por ejemplo, tenemos esta sede que es la donación de una familia salmantina sin hijos que quiso tener ese detalle en la hora de redactar su testamento decidiendo que esto fuera para Manos Unidas teniendo una placa que lo confirma, y nos sentimos muy agradecidos por el gesto que tuvieron. Llevamos ya en esta sede 5 ó 6 años, aunque antes estábamos en Rector Lucena.

Bueno, sin duda alguna es más bonita la historia de cómo surgió Manos Unidas y no sólo aquí en Salamanca. Esta organización surgió por una doble razón, por una declaración de guerra y por un gesto de amor. La declaración de guerra fue una declaración “al hambre” porque un grupo de mujeres de acción católica en Madrid alarmadas con que casi el 50% de la población mundial pasaba hambre pensaron que ellas como amas de casa tenían que hacer algo al respecto porque ellas todos los días preparan comidas, y haciendo compras y si nos movemos y convencemos a muchas más mujeres como somos muchas a lo mejor se puede conseguir una fuerza que podamos compartir con ese número tan elevado de personas hambrientas que hay, y entonces declararon la guerra “al hambre”, pero claro con una declaración sólo no se come pensaron ellas, y entonces tuvieron que acompañar esta acción con un gesto de amor, decidiendo hacer una comida, y que la diferencia del coste de esa comida, que no era una comida de todos los días, lo entregarían para un grupo de personas hambrientas y mucha gente secundó este gesto y ahí nació Manos Unidas.”

¿Qué actividades se han realizado este mes de febrero?

L.N.: “Este año es un año excepcional y atípico. La mayoría de las actividades que se proponían desde Manos Unidas requerían concurrencia de gente y dadas las circunstancias no eran viable muchas de ellas. Más allá de que nuestro voluntario es muy mayor, es decir, en su mayoría son personas de riesgo no es fácil poder mantener una actividad plena entonces, una tarea como la Operación Bocata, que es una actividad clásica que tiene un peso mayor en Salamanca se ha tenido que promover con una modalidad adaptada a las circunstancias y se ha promovido un bocata domiciliario, es decir, cada uno en su casa. Pero sobre todo, nos interesaba recaudar dinero, que es importante para nutrir los proyectos que se ejecutan en el sur, pero también se buscaba mantener el sentido del gesto que no se trata de comer un bocadillo, es acordarse un día de los hambrientos y de mantener, aún en este año tan difícil este gesto, los donativos. Aunque sí que es verdad que se siguen manteniendo los donativos, pero por ejemplo en este caso, este año no hemos podido elaborar el bocata nosotros. Se lo tenía que elaborar cada uno y hay colegios que se han implicado y en vez de llevarles el bocadillo nosotros como otros años, porque no lo hemos podido hacer al ser inviable reunir a la gran cantidad de gente que realizábamos esta labor, pues lo han organizado ellos y los niños han llevado su propio almuerzo y lo han comido en el recreo. En otros casos han hecho algún gesto muy bonito con alguna simbología de concienciación o de educación para los niños y claro, eso nos ha reconfortado mucho porque hemos podido comprobar que en estas circunstancias tan contracorrientes se ha mantenido la actividad, y esperamos que el año que viene podamos volver al formato habitual de vender casi 18.000 bocadillos no sólo en centros educativos, sino que al proyecto se suman empresas de la Junta de Castilla y León, parroquias y entidades diversas.”

Con estos 2020 y 2021 rodeados de la covid-19, ¿esta situación ha afectado al nivel de solidaridad de la población que ya colaboraba con Manos Unidas?

M.M.M.: “A la solidaridad no ha afectado. La gente sigue siendo igual de solidaria pero lo que pasa es que probablemente algunas personas han disminuido la cantidad de dinero que aportaban. Eso aún no podemos saberlo con exactitud porque de diciembre hasta marzo son los meses en los que la gente colabora más con Manos Unidas, entonces hay que esperar a que pase toda esta época para comparar con otros años, pero por la cantidad de gente que se ha hecho eco de nuestras llamadas hay que reconocer que la solidaridad no ha disminuido. En las colectas, estamos recibiendo si no es igual, una cantidad muy cercana a la de años anteriores. Pero, a día de hoy, es difícil de valorar.”

L.N.: “Creo que esta situación sensibiliza mucho a la gente y despierta incluso más solidaridad con los de cerca pero también con los de lejos.”

M.M.M: “Sí, también porque el que padece se compadece más al ver el sufrimiento que uno tiene, y es más capaz de ponerse en la situación de otra persona que también tiene mucho sufrimiento. Quizá esta pandemia también sirva para abrir los ojos de esa manera y darnos cuenta. Decía el Papa que esta pandemia no nos va a resultar indiferente, va a haber gente que va a ser más solidaria porque va a tener el corazón tocado, y otras personas que se meterán en su propio dolor. Pero en general, considero que la persona que sufre entiende mejor al otro, y se da cuenta de que, aunque él sufre, hay otros que también, y quizá se le mueva el corazón más fácilmente para querer ayudar.”

¿Desde Manos Unidas se han planeado proyectos para evitar que existan todavía más desigualdades entre los países y las personas?

M.M.M.: “Ese es uno de los objetivos de Manos Unidas. Lo que quiere la organización de Manos Unidas es que a los países del sur, que es a los que beneficiamos en mayor medida, tengan también, como dice el papa Francisco, su derecho a no emigrar, es decir, que la gente pueda vivir en su país una vida como la que nos gusta a nosotros tener aquí. Que no sientan la necesidad ni de hambre ni de falta de agua ni falta de estructuras ni industria, y que tengan que salir por eso. Se busca que ellos en sus lugares de residencia puedan ser los protagonistas de su propia vida y su propio desarrollo. Nuestra tarea es ayudarles en lo que ellos necesitan, no que le demos de lo que aquí nos sobra, sino que Manos Unidas trabaja a petición de los que viven en esos países que llamamos Sur. Cuando nos referimos a este Sur, queremos dirigirnos al sur del planeta. También, en Manos Unidas decimos que nosotros no miramos los kilómetros, miramos la necesidad. Entonces, hay mucha gente que dice que con la necesidad que tenemos aquí como nos vamos fuera a ayudar pues Manos Unidas se fija en la necesidad no en la distancia que tienen las personas que ayudamos. No se mira cual es su religión, su raza, o su país de origen, se mira la necesidad y allí donde vemos que es mayor pues es donde vamos a ayudar primero”.

¿Cuál es el proceso que una persona debe seguir para convertirse en voluntario?

M.M.M.: “Para ser voluntario de Manos Unidas toda persona tiene la puerta abierta. Debe ser mayor de edad, y pedimos que sea una persona que no venga sólo a ocupar su tiempo libre, sino que venga porque realmente es sensible a otras necesidades y quiere ayudar a quien lo necesita. Entonces, la persona que se haga voluntario de Manos Unidas que ponga al servicio de la organización y de los hambrientos su tiempo y que se comprometa con el tiempo que elija dedicar. Por ejemplo, que una persona dice que únicamente puede una hora a la semana pues sólo una hora, sin ningún tipo de problema porque admitimos a todo el que venga y esté dispuesto a ayudar. En general, los voluntarios están contentos y no se suelen marchar. También es verdad que esta ONG tiene un voluntariado de una media de edad mayor, es decir, son personas que en su mayoría están jubiladas y que disponen de más tiempo. Dentro de la organización contamos con poca gente que siga en activo. En Salamanca, somos 40 voluntarios y en toda la provincia, contamos con otras delegaciones comarcales en Peñaranda, Vitigudino, Guijuelo, Alba de Tormes y Ledesma.”

L.N.: “Aquí, sobre todo además de hacer, se viene a ser. Un voluntario tiene que tener también una madurez en el compromiso y la verdad que por tradición solemos contar con gente mayor pero ahora estamos muy pendientes de acoger a gente joven para integrarlos. Esta tarea requiere una estabilidad mayor y quizá los adolescentes pues andan buscando o los universitarios que poseen menos garantías de permanencia pues se animan menos a participar, pero la entidad está dispuesta a acoger a cualquier personas sea de la edad que sea que se identifique con el ideario de la misma y que tenga valores y principios para trabajar por el bien de los demás que, al fin y al cabo, es lo que se pretende. Al final, recibimos mucho nosotros, pero lo primero es pensar en hacer un mundo mejor.”

Si tuviera que resumirle a una persona la labor que realiza Manos Unidas en tres palabras, ¿cuáles serían?

María Mercedes Marcos: “Yo escogería sensibilización y proyectos. Únicamente utilizaría esas dos para resumir la labor que realiza Manos Unidas. Aunque bueno, también alegría porque estoy segura de que este sentimiento vuelve al quien lo da y aquí, de verdad, estamos dando mucha a otras personas.”

Luis Noriega: “Y distribución, porque el mundo está mal repartido y se lo debemos. Nosotros nos llevamos un trozo del pastel, del planeta, más grande y hemos tenido suerte de nacer y vivir en el primer mundo.»

M.M.M.: “Considero que tenemos que reconocer lo privilegiados que somos en este mundo de ricos. Disponemos, como decía Luis, de muchas posibilidades que estando aquí no te das cuenta, pero cuando empiezas a trabajar, por ejemplo, aquí en Manos Unidas, y tratando con esta gente que no tiene agua corriente, con el aumento de estar ahora mismo combatiendo con una pandemia que estamos hablando todo el día de lavarnos las manos y darnos el gel, mantener las distancias y cuando nos paramos a pensar en las personas que beneficia la entidad que no tienen ni siquiera agua para beber pues te das cuenta que realmente cómo pueden vivir de esa manera, si yo aquí ya tengo este problema cómo pueden vivir ellos. 

¿A qué destina Manos Unidos el dinero recaudado? ¿Sanidad, educación, vivienda…?

L.N.: “Nosotros trabajamos en varios ámbitos, esencialmente eran ganaderos para mejorar los cultivos y la capacidad productiva de las zonas más empobrecidas y que así contaran con mejor formación o mejores medios para poder producir más, y poder tener más medios para su subsistencia. También, en el ámbito sanitario, educativo, social y de promoción de la mujer. Esos son los cinco ámbitos principales. Esencialmente, trabajamos para propiciar un desarrollo duradero en el propio país, es decir, no damos pescado porque sería pan para hoy y hambre para mañana, sino que enseñamos a pescar. Si les faltan medios, si les falta un pozo para obtener agua o saneamiento, educación, sanidad, tratamos de promover un progreso que se mantenga y que les suba un escalón en su calidad de vida. No se trata de poner un parche, se trata de ir al origen e intentar resolverlo las causas que dan lugar a la pobreza y al hambre, no solamente paliar. Manos Unidos no promueve los proyectos paliativos, puntuales, sino pone en marcha proyectos transformadores que propician progreso y mejoría en los países.”

M.M.M.: “En el ámbito social, por ejemplo, ayudamos a la gestión de titularidad de tierras. Una tarea que mucha gente desconoce porque quizá no llega tanto como pueden ser los proyectos alimentarios o los proyectos relacionados con el agua, y es importante también porque ayudamos a que las personas que viven en una zona determinada pongan las tierras a su nombre para que no lleguen unas multinacionales u otros poderosos económicamente y que lo modifiquen a su favor poniendo dichas tierras a nombre de estos “poderosos” y de pronto un día las personas que habitaban allí son echados de su propio espacio. Este es uno, entre otros muchos ejercicios, que hace Manos Unidas.”

Carla Guinaldo

Fotografías Víctor García