El imponente castillo salmantino que soportó mil batallas

El Castillo de San Felices de los Gallegos del siglo XV y su recinto amurallado son un ejemplo vivo de las fortalezas de frontera construidas en puntos claves y estratégicos del occidente de la provincia.

Tierra de frontera por partida doble, el oeste de la provincia de Salamanca nunca ha perdido, pese al paso de los años, el carácter y la impronta de unas gentes curtidas en mil batallas y unos vestigios y edificaciones derruídos y levantados al instante en un claro intento por mirar adelante y avanzar. Un ejemplo claro de este ímpetu por hacer de la adversidad su fortaleza es la localidad de San Felices de los Gallegos, punto de luchas, escaramuzas e invasiones dado su estratégico enclave. Lo fue en época vetona y romana, pero también durante la dominación visigoda, el medievo, la edad moderna y la etapa contemporánea. Unas veces entre las disputas de Castilla y León y otras entre Castilla y Portugal. Ahí estaba siempre San Felices, con su castillo y su muralla afrontando cualquier tipo de incursión.

Cuenta la leyenda que el primer asentamiento como tal se remonta al 688 y fue fundado por el obispo de Oporto don Félix XI, quien otorgó el nombre de su santo, “San Felices”, al pueblo, que sería refundado en 1169 por Fernando II de León, que repobló el lugar con gente proveniente de Galicia. A finales del siglo XIII, Dionisio I de Portugal se apodera de la villa y, con el fin de hacerse fuerte en tan estratégica plaza, manda construir el castillo. Poco pudo disfrutar del lugar. Treinta años después (1326), el castillo vuelve a manos castellanas y en 1476 es entregado por los Reyes Católicos a García Álvarez de Toledo, primer duque de Alba, quien plantó su escudo en las torres del recinto amurallado del castillo y levantó la actual Torre del Homenaje.

Aunque algunas partes se han perdido con el paso de los años y por los efectos de las disputas territoriales, hoy en día el conjunto arquitectónico presenta tres partes diferenciadas: la muralla antigua, el castillo y la fortificación del siglo XVII. De la llamada Cerca Vieja se conserva su recinto construido en el siglo XIV y gran parte de la muralla de fábrica de sillarejo —visitable en alguno de sus tramos—, así como la plaza de armas. En cuanto al Castillo, no solo conserva las dos barreras artilleras, sino también su esbelta Torre del Homenaje, grande y segura, construida en el siglo XV con el fin de convertir la fortaleza en residencia palaciega. Hoy en día acoge el Aula de la Ruta de las Fortificaciones. Completa este conjunto arquitectónico una segunda muralla erigida en el siglo XVII como defensa durante la guerra contra Portugal.

Gesto desinteresado de una donación

En manos privadas durante décadas, el Castillo ha pasado a ser propiedad del municipio. Y todo gracias al gesto altruista de su propietario, el sacerdote Francisco de Dios Manchado (más conocido como Don Paco), quien en 2013 tomó la decisión de donar este histórico y emblemático edificio a los ciudadanos de San Felices de los Gallegos. De su estructura, destaca, por encima de todo, la flamante Torre del Homenaje, convertida hoy en día en Aula Histórica de San Felices y en Aula de las Fortificaciones, todo un emblema de la localidad y un gran reclamo turístico para los amantes del patrimonio histórico artístico. A través de una serie de paneles y un variado conjunto de juegos interactivos, actividades, maquetas, recreaciones, reproducciones… este aula ofrece al visitante un sugerente recorrido histórico por la compleja fortaleza de la frontera. Arranca esta singular visita en su planta baja, donde se ofrece una introducción a la exposición dedicada a los recintos defensivos y al castillo, es decir, un acercamiento al contexto histórico y natural de San Felices de los Gallegos, pero también a las ciencias y técnicas de estudio de las fortificaciones. A través de una curiosa y compleja escalera empotrada en el muro se accede a la primera planta, que ofrece al visitante un discurso expositivo sobre el castillo, su origen y función, técnicas constructivas y evolución; pero también un acercamiento a los inciertos orígenes de la villa durante la prehistoria y hasta el periodo medieval. De nuevo tomamos la escalera para acceder a la segunda planta de la torre, estancia en la que finaliza esta exposición, pero que permite al visitante abordar de forma cronológica las particularidades de la época Moderna y Contemporánea. Así, además de exponer los diferentes avatares históricos protagonizados por la villa, también hay un apartado especial dedicado a los nuevos armamentos y a las técnicas defensivas que llevan al desarrollo de las construcciones abaluartadas.

CARACTERÍSTICAS DEL CASTILLO

Ubicación: Situado a 105 kilómetros de Salamanca, en la carretera que enlaza Lumbrales con Ciudad Rodrigo.

Construcción: Edificado a finales del siglo XIII por el rey de Portugal Dionisio I.

Reconstrucción: Su forma definitiva data del siglo XV, cuando los Reyes Católicos conceden el inmueble a García Álvarez de Toledo, primer Duque de Alba, quien levanta la actual Torre del Homenaje.

Categoría: El inmueble se encuentra protegido y desde 1949 goza de la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC).

Visitas: Del 18 de julio al 14 de septiembre: de martes a domingos de 11:30 a 14:00h y de 17:00 a 20:00h. El resto del año: sábados, de 11:00 a 14:00h y de 16:30 a 19:00h. Domingos, de 11:00 a 14:00h. Entrada individual: 2,25 euros; grupos de más de 10 personas: 2 euros; niños menores de 5 años: gratis

La Gaceta de Salamanca.