Escuela de Pastores: Proteger el patrimonio natural y crear valor social
Nos remontaremos 35 años atrás: en 1985, dos sacerdotes salmantinos que acogían a personas sin recursos ven la necesidad de crear una asociación que les permita habilitar un centro de acogida en el que estas personas puedan ser atendidas y recibir alojamiento, así nació la asociación Puentevida. Vinculada a esta asociación, con el objetivo de dar a estas personas una oportunidad de inserción y desarrollo profesional, nace después la cooperativa Puentesan.
Esta cooperativa estaba centrada desde sus inicios en trabajos de horticultura y ganadería ovina, formando a los integrantes en estas labores, dándoles una vida digna y propiciando el desarrollo de nuevas actividades económicas vinculadas a la tierra y al mantenimiento de los recursos naturales de Salamanca.
Hoy, el proyecto está más vivo que nunca, la escuela de pastores Mil caminos, gestionada ahora por los Padres Escolapios a través de su centro integrado Lorenzo Milani, se ha convertido en un proyecto de aprendizaje cooperativo para jóvenes provenientes de la exclusión social en el que el medio rural y el contacto con la naturaleza se muestran como modos de empoderamiento de estas personas. En esta nueva etapa, según destacan sus gestores “estamos tratando de ensalzar la figura del pastor y la importancia de mantener estos oficios para luchar contra la despoblación, a la vez que supone un contexto real de integración social”. Y es que los actuales gestores de la Escuela de Pastores están más que convencidos de este programa y de sus beneficiosos resultados, tanto que, en el mes de mayo de 2021, entre el 14 y el 16, celebrarán un congreso internacional en Salamanca bajo el título de “Pastoreo e Inclusión Social”, con ponencias científicas sobre el pastoreo y talleres.
El proyecto tiene por tanto, junto a ese primer objetivo de inclusión social, la visión de recuperar un oficio que casi parece perdido en Castilla y León: el de pastor y sensibilizar a la ciudadanía acerca de la búsqueda de nuevas oportunidades económicas vinculadas a la tierra y fomentar el respeto al medio ambiente, la promoción de un trabajo decente, el cuidado de los ecosistemas, generar comunidades sostenibles e impulsar la producción y el consumo responsable. Todos estos objetivos, que hoy son globales y se enmarcan bajo el paraguas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, están en el propio ADN de la Escuela de Pastores Mil Caminos.
La cooperativa Puentesan, a través de la que se desarrolla el proyecto, dispone de una finca de 12 hectáreas de terreno a 10 minutos de la ciudad de Salamanca, en el municipio de Gomecello, donde cuentan con un rebaño de 600 ovejas.
Los participantes en la Escuela de Pastores Mil Caminos son personas que viven en la casa de acogida de la asociación Puentevida y de diversas procedencias como Senegal, Guinea Konacry, Pakistán, Ghana, Nigeria, Marruecos y Francia, también participan en el programa exalumnos de los propios ciclos formativos del centro Lorenzo Milani e incluso jóvenes que, tras su salida de un centro de menores, al cumplir la mayoría de edad, necesitan encontrar una motivación y un propósito laboral y vital. Además, hay talleres y actividades puntuales en torno al programa en el que participan los alumnos actuales del centro Lorenzo Milani.
La Escuela de Pastores integra a los participantes en la vida del pastoreo, con una estancia de 2 en 2 en una pequeña vivienda ubicada en la finca por un período de 1 semana. Durante esa semana, los dos aprendices de pastores viven el día a día del cuidado de los animales: ordeño, cuidado general de los animales, pastoreo… para lo que cuentan con la tutorización de un pastor que les enseña de primera mano las claves del oficio. Mientras 2 alumnos hacen esa inmersión en la vida de pastor, otros alumnos del programa trabajan en la quesería aledaña, en la misma finca, donde también a través de las enseñanzas de un maestro quesero, aprenden las habilidades necesarias para la producción de este alimento, elaborado con la leche de las propias ovejas de la finca. Estos turnos se hacen rotativos, de modo que una misma persona pasa varias veces por ambas tareas, lo que les permite adquirir importantes destrezas tanto en el pastoreo como en la producción de quesos que, posteriormente, comercializan directamente en ferias o en un puesto que la cooperativa posee en el mercado de Salamanca, creando productos de calidad y de la tierra, producción de Km0.
Actualmente, el número total de pastores en rotación semanal es de 13 (integrantes de la casa de acogida y exalumnos), además de las visitas y talleres puntuales con alumnos y, a lo largo de sus 35 años de historia, más de 1.000 personas han sido participantes, de uno u otro modo, en este programa.
La finca gestionada por la cooperativa Puentesan es, como vemos, un espacio integrador de formación pero, además, es un ejemplo de gestión sostenible desde el punto de vista medioambiental: tanto la energía requerida para el ordeño como para la elaboración de quesos funciona con energía solar producida por 160 placas fotovoltaicas propias. Los gestores del proyecto se marcan además nuevos retos en un futuro cercano, como lo es trabajar con razas de animales autóctonas, como las ovejas churras. Savia Salamanca nos acerca a este interesante proyecto.