La apasionante ruta por las norias olvidadas del Corneja entre Salamanca y Ávila

La ruta del río Corneja y el Hocino forma parte de los senderos que promociona la Junta de Castilla y León en su portal turístico dentro de la red de rutas de la naturaleza. Pero se trata de un itinerario que queda bruscamente interrumpido, dado que sólo se conoce y promociona el tramo inicial, que pertenece a la provincia de Ávila, y omite el tramo que entra en la provincia de Salamanca a través de la localidad de Navamorales, donde permite descubrir un rico legado agrícola en práctico estado de abandono pese a su riqueza etnográfica y cultural.

La ruta empieza en Santa María del Berrocal, donde un panel informativo da conocer los detalles del sendero, que pasa después a la localidad de Villar de Corneja, donde se encuentran ejemplos de molinos e infraestructuras de riego, sin dejar de lado valores naturales como El Hocino, un paraje en el que las aguas del Corneja desaparecen durante cientos de metros para reaparecer misteriosamente aguas abajo. Grandes bloques y acumulaciones graníticas por debajo de las cuales fluye el agua de un río que permitió poner en funcionamiento decenas de norias. Y es que el legado más desconocido de esta ruta son las norias que se acumulan una vez que el río, en su margen derecho, accede a la provincia de Salamanca. Navamorales fue un pueblo ganadero y agrícola y prueba de ello son estas estructuras de piedra en altura para aprovechar los desniveles del terreno e irrigar la mayor superficie posible. Notables obras de ingeniería agrícola que ponen de manifiesto la dureza de un trabajo para conseguir regar huertas de frutales y patatas convertidas ahora en tierras de secano donde, además, se han cambiado lindes y propiedades con la concentración parcelaria realizada en 2005.

Según constatan los vecinos, hace décadas, al menos cincuenta o sesenta años que no se utilizan ya estos sistemas de riego. Y es que fue en los años 50 y 60 del siglo pasado cuando comenzó el éxodo rural también en Navamorales, que pasó de los 830 habitantes censados en 1940 a los 51 de la actualidad. Comenzaron a abandonarse las norias del río, las más alejadas del pueblo y sólo quedaron en activo hasta épocas más recientes aquellas que estaban en el entorno del casco urbano, pero también allí se van perdiendo los huertos.

Las norias del Corneja son, sin duda, uno de los grandes secretos que guarda la provincia para el gran público y se ubican en un lugar digno de conocer y de disfrutar caminando. Hay senderos que siguen el curso del río, aunque en algunos momentos se pierden y hay que cruzar por fincas particulares o caminar por el río, que no tiene gran profundidad. Al haberse producido la concentración parcelaria, varios son los caminos por los que acercarse al río, aunque el camino de Las Vegas es el más fácil porque permite alcanzar el mismo cauce con el coche dado que hay un pontón que permite cruzar a la parte abulense de La Horcajada.

La Gaceta de Salamanca.