La telemedicina hace más partícipe al paciente en su salud

En el campo de la medicina y la salud es probable que 2020 haya sido el año de mayores retos en el último siglo. Además de los avances científicos para encontrar una vacuna en el menor tiempo posible, la pandemia del coronavirus también ha provocado grandes cambios en la asistencia sanitaria, sobre todo en lo que respecta a la telemedicina. En este sentido, la aceleración de la digitalización ha permitido trasladar las visitas, consultas y seguimientos no esenciales al plano digital.

Los seguros de salud de MYL AHORRO te acercan más a tu médico, para que estés siempre atendido en cualquier circunstancia y situación.

El nuevo escenario para la medicina que se ha creado como consecuencia de la pandemia ha dado pie a un sistema cada vez menos presencial y más tecnológico. De este modo, es posible ofrecer una medicina más personalizada y eficiente en algunos casos, como en la gestión de documentos o comunicación de resultados.

Para responder a las nuevas demandas de la telemedicina, los seguros de MyL Ahorro permiten realizar videoconsultas y consultas de urgencia a través de su aplicación móvil. También es posible utilizar otros servicios, como realizar mediciones de biomarcadores mediante reconocimiento facial.

Evidentemente, estos datos necesitan ser revisados por un especialista, ya que podrían ser de gran utilidad en la detección precoz de patologías, sobre todo las vinculadas al ámbito cardiovascular, así como para el control de enfermedades crónicas como la diabetes.

Además de una mayor vigilancia por parte de los profesionales, el disponer de estos datos en una aplicación móvil facilita que el paciente se sienta más responsable de su propia salud al tener un acceso rápido a este tipo de servicios. Es uno de los efectos más positivos de la telemedicina. La participación del paciente en su bienestar ahora va más allá de acudir a la consulta o tomar medicamentos, sino que, el uso de este tipo de aplicaciones ha demostrado mayor adhesión a los tratamientos, resultando en una mejora directa de la calidad de vida de los pacientes.

Para el paciente, disponer de estos aparatos en su hogar evita desplazamientos a la consulta, con el consiguiente ahorro de tiempo, y permite tener controlados indicadores esenciales como la presión arterial o capacidad pulmonar, siendo partícipe de su propia salud. Durante la pandemia, además, tener estos datos en casa ha podido evitar visitas innecesarias a los centros de salud, con el riesgo que supone para muchos pacientes vulnerables exponerse de esta manera a un contagio.

Por otro lado, para los profesionales sanitarios, los beneficios de la telemedicina resultan en mayor eficiencia, ya que puede prestar una atención casi permanente a los pacientes pero destinar una mayor parte de su jornada a realizar otras gestiones o atender consultas más urgentes.