265 años del terremoto que pudo destruir Salamanca
Año 1755 y el suelo empieza a temblar en Lisboa. Se estima que tuvo una fuerza de 8,4 en la escala de magnitud de momento. Con epicentro a 300 kilómetros océano adentro, y posterior tsunami, destruyó buena parte de la capital portuguesa. Reconstrucción que después corrió a cargo del marqués de Pombal y que hoy todavía podemos admirar.
En Salamanca se sintieron temblores durante varios minutos por toda la ciudad. Sufrieron importantes daños muchos de sus edificios. Entre ellos, la Catedral Nueva, en la que fueron de tal magnitud que se consideró la posibilidad de derribar su torre ante el peligro de desplome, y se tuvo que desmantelar la cúpula del cimborrio de la misma catedral para volverla a levantar posteriormente. Sufrió también el claustro de la Catedral Vieja, el Colegio Viejo, que hubo que derruir, el palacio del obispo y especialmente la linterna de la cúpula de la iglesia de la Clerecía, que hoy todavía puede verse seriamente inclinada desde el Patio de Escuelas.
La inclinación de la torre de la Catedral se palió con el levantamiento de un talud en la cara oeste, que todavía hoy podemos ver. Por suerte, no se produjeron en dicha ciudad víctimas fatales. En agradecimiento por la milagrosa salvación del edificio catedralicio, al mediodía de cada 31 de octubre el Mariquelo escala la torre hasta la esfera armilar, llamada La Bola, que la corona.